mentirosa

la escena más bizarra y de repente la soledad. qué concepto complicado de explicar cuando a tu alrededor tenés tantas caras sonrientes. aún así, la soledad. y te preguntan si extrañás y vos contestás que no, sin mover un músculo de más, sin dubitar, sin siquiera mirar a esa persona a la cara. "dale, no seas mentirosa, se te nota". no, no se me nota nada. porque bien o mal, ser inmune a estos cambios que pasan es el remedio para cualquier enfermedad, tenga el nombre que tenga. y entonces subo las escaleras y me siento y pienso si en verdad no mentí. porque de repente la soledad, con todo lo que eso implica, y yo no quiero estar acá, quiero correr, abrazarte, decir alguna palabra que explique más, algo, alguna señal, algo feliz.

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