there's too much love

llegué mojada, despeinada y con ojeras. dejé el gran bolso violeta en una silla por ahí y me dirigí directamente a mi habitación. me saqué las zapatillas empapadas, los pantalones no se quedaban atrás. quería un té, pero mejor ordenar la indecisión que invade mi pieza cada vez que debo salir de mi casa (léase, todas esas polleras y zapatillas y remeras que descarto una y mil veces). puse esa canción, quizá porque el nombre hoy representa más, porque there's too much love y no me importa lo que digan o lo que hagan o dejen de hacer. así nomás, me cago en las palabras, en los silencios, en lo que no se dice pero es, en lo que se dice pero no es. si al final todo es una apariencia que no estoy dispuesta a soportar más, estoy completamente harta de las sutilezas y de los arranques de palabras que desbordan todo y lo sacuden y de repente pareciera que ya no queda nada. y la verdad es que no queda nada. no queda absolutamente nada. como esta lluvia que todo lo limpia, hasta mi angustia por no poder arrancar de una vez todo lo que me hace mal y así seguir adelante. pero mejor me quedo con los lápices de colores, con las sonrisas puras por una cara feliz en un cuaderno, me quedo con las galletitas en la merienda con esos nenes que dicen malas palabras sin saber lo que significan, con esos nenes que se divierten buscando palabras escondidas en una cartulina amarilla como el sol, con ellos, que por una sonrisa y una caricia y unas felicitaciones se esfuerzan, sin saber que al crecer ya nada de eso les va a importar. por favor que no crezcan, que se queden chiquititos y conmigo para siempre, que me hagan feliz con lo más simple, la verdad de una sonrisa que se siente. cuánto hace que no me encontraba con algo así.