recibir una carta... qué extraño, recibir una carta en épocas de teclados y módems y desconexión. es irónico como hoy fui casi corriendo a decirle que no entendía esto de las relaciones cibernéticas con la gente, que nunca llegaban a ningún lado, sino al frío. y de repente, recibir una carta, escuchar la cálida voz del disco y las letras y sentir que soy eso mismo, la simpleza de una carta, al menos hoy, mañana. recibir una carta y tener ganas de volver a eso.

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